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Aproximación a la economía circular

Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de la Cátedra Betelgeux-Cristeyns- UCV para un desarrollo sostenible, en los que se ha realizar actuaciones relacionadas con la promoción de la economía sostenible en la Comunitat Valenciana, financiado por la  Consellería de economía sostenible, sectores productivos, comercio y trabajo, de la Generalitat Valènciana (EBCORG/2021/8).


El actual modelo de producción y consumo es insostenible, así lo manifiestan diferentes organizaciones internacionales como la ONU, la Unión Europea, así como Universidades y Centros Tecnológicos expertos en esta materia. Todos ellos advierten que el ritmo de extracción y procesado de las materias primas, incluyendo el agua y la energía es insostenible. Las materias primas (incluyendo agua y energía) salvo las renovables, tienen fecha de agotamiento. Ante este grave problema que ya se puede sentir en determinadas materias primas, la estrategia más adecuada es la conviene la circularización de la economía, en concreto, de los flujos de materias primas/secundarias, agua y energía, de manera que lo que se destinaba a eliminación o abandono se reconvierta en un subproducto alargando el ciclo de vida útil de los materiales, del agua y empleando energías renovables. Aplicar este modelo económico circular, genera un aumento del valor del producto, los materiales y los recursos, ya que evita que dicho material se elimine y permanezca el mayor tiempo posible. Ofrece una nueva oportunidad para ser valorado, introducido en el circuito de producto y consumo. De esta forma se consigue la continua e insostenible extracción de recursos materiales y energéticos del planeta Tierra.

Por ejemplo, los plásticos, tan presente en muchos productos por sus estupendas propiedades y su relación de calidad/precio para la conservación, transporte, almacenamiento y distribución de productos. Sin embargo, con frecuencia la forma en que los plásticos se producen, usan y desechan no se beneficia económicamente de un enfoque más «circular» y perjudica al medio ambiente. Existe una necesidad urgente de abordar los problemas medioambientales que hoy proyectan una larga sombra sobre la producción, el uso y el consumo de plástico. Los millones de toneladas de basura plástica que anualmente acaban en los océanos son uno de los signos más visibles y alarmantes de estos problemas, que cada vez preocupan más a la opinión pública.

¿Cómo empezar a circularizar la economía? Evitando que el producto ya utilizado, se convierta en residuo, reutilizándolo, o reciclándolo, en definitiva, valorizándolo, es decir, evitando que dicho residuo vaya a eliminación (vertedero o incineración sin aprovechamiento de la energía). Extrayendo sus componentes, materiales o capacidad energética y evitando que vaya a los diferentes procesos de eliminación. Cuantos menos productos desechemos, menos materia prima extraeremos y reduciremos el impacto ambiental de la sobreexplotación de muchas materias primas. Si desde el mismo momento de la concepción y diseño del producto se consideran los aspectos ambientales del nuevo producto, mejor, la reducción de su impacto seguro que es más efectiva. Pensar, imaginar, ecodiseñar y actuar, de esta manera se podrá evitar el derroche de recursos, minimizar la generación de residuos en la fabricación, durante la distribución y comercialización, como informar al consumidor de cómo debe utilizar adecuadamente el producto y cómo debe gestionarlo cuando ya se quiera desprender de él con el fin de reducir el impacto ambiental en el uso y vida final de dicho producto. En ese momento si el consumidor conociera qué deba hacer para que técnica y económicamente sea viable que ese “residuo” se convierta en una nueva materia prima, reintroduciéndose en el círculo económico estará colaborando en hacer realidad la economía circular, se convertiría en un agente potenciador de la economía circular. Desde cualquier empresa se debe considerar que el cliente/consumidor es un actor principal para que se haga realidad la economía circular y, consecuentemente, un consumidor bien informado es un cliente proactivo y es aquí donde la empresa juega un papel fundamental, la transferencia de información ambiental de los productos.

La economía circular tiene por objetivo principal evitar la centrifugación, que supone pérdida de materia y energía, una mayor contaminación y un despilfarro. Se trata de extraer el máximo valor y uso a las materias primas, productos y residuos, fomentando el ahorro energético y reduciendo la cantidad de residuos y, entre otros contaminantes, las emisiones de gases de efecto invernadero. De este modo, la economía de nuestra empresa, de nuestra ciudad, de nuestra región de nuestro país, de a la UE será más competitiva y sostenible.

La economía circular es más que un mero concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía) se mantenga en el escenario económico durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de nuevos residuos y pérdidas del sistema. Con la aplicación de actuaciones propias de la economía circular, se pretende cambiar el modelo lineal (extraer, fabricar, comercializar, usar y tirar) a un modelo circular, donde se pueda reintroducir en forma de subproducto buena parte de lo que el modelo lineal considera residuo, cerrando el ciclo de vida de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.

 

 

La economía circular podría reducir hasta un 99% los desechos de algunos sectores industriales y un 99% de sus emisiones de gases de efecto invernadero, ayudando así a proteger el medio ambiente y combatir el cambio climático.

 

12 diciembre 2018. News ONU.

 

 

La economía circular representa una gran oportunidad para nuestra comunidad. Mejora el uso de los recursos y aporta valor agregado a los negocios, acercándonos al objetivo principal de conseguir un desarrollo sostenible. La transición hacia una economía circular ayuda a luchar contra el cambio climático, a gestionar adecuadamente el agua y colabora con el bienestar socioeconómico para las generaciones presentes y futuras. Es sin duda una corresponsabilidad de todos los actores: empresas, administración, ONG, agentes sociales, sindicatos, consumidores y la sociedad en general.

Desde distintos organismos internacionales como la ONU, la Unión Europea y otros, advierten que el modelo de producción y consumo actual es insostenible. Para que se pueda producir un cambio en dicho modelo, es necesario avanzar hacia una Economía Circular mediante procesos ecoeficientes y sostenibles y conseguir un auténtico desacoplamiento entre la actividad económica y la degradación ambiental, lo cual exige que dicho cambio de modelo productivo cubra las necesidades reales de la sociedad de acuerdo con las capacidades ambientales. El cambio de modelo, en todo caso, debe fundamentarse en el desacoplamiento del crecimiento económico respecto de las presiones ambientales derivadas del consumo desmedido de recursos y la generación de residuos sin darles una nueva oportunidad a su valor material.

 

Enormes cantidades de residuos de plástico acaban en el entorno, procedentes tanto de la tierra como del mar, lo que genera daños económicos y medioambientales significativos. Cada año, entre 5 y 13 millones de toneladas de plástico (del 1,5 % al 4 % de la producción mundial) acaban en los océanos. El plástico, que se calcula representa más del 80 % de la basura marina, es transportado por las corrientes, a veces a distancias muy largas, incluso hasta alcanzar tierra, se degrada en microplásticos o forma zonas densas de basura marina que queda atrapada en los torbellinos oceánicos. El PNUMA estima que anualmente se generan así, en todo el mundo, daños para el medio marino de, como mínimo, 8 000 millones USD.

 

Una estrategia europea para el plástcio en una economía circular.

COM 28, 2018.

 

En este sentido, el actual sistema lineal de producción y consumo no ha cambiado desde la primera revolución industrial y en la actualidad aún se basa en la extracción de las materias primas, la producción de bienes y servicios, el consumo y la generación de residuos, de una manera lineal. Este sistema lineal tiene su fin, no puede ser eterno. Por eso se debe recircular y reutilizar/reciclar, valorizar en definitiva la máxima cantidad posible de los materiales que conforman el producto (incluyendo los envases y embalajes).

Este sistema lineal no es sostenible a causa del aumento de la intensidad material y energética, reforzado por un crecimiento desmedido del consumo, algo que no es compatible con la realidad de nuestro Planeta, que es un mundo de recursos limitados, como limitada es también su capacidad de adaptación al creciente impacto de las emisiones de agentes contaminantes, de los residuos peligroso, de los vertidos incontrolados, etc…. En este sentido, el concepto de Economía Circular se definió con el objetivo de cambiar radicalmente el actual sistema lineal de producción y consumo, para desasociar el uso de recursos naturales y las externalidades negativas del bienestar y el desarrollo.

La economía circular se propone como una innovación de nuestro sistema de producción y consumo, que pretende mantener y fortalecer el desarrollo socioeconómico, incluyendo la creación de trabajo de manera sostenible, sin comprometer las funcionalidades ecosistémicas y preservando al mismo tiempo los recursos naturales, para las generaciones presentes y futuras.

En el año 2015, el WBCSD, en su Guía para CEOs sobre economía circular, afirmaba que la economía circular es una nueva forma de ver la relación entre mercados, clientes y recursos naturales. El concepto de Economía Circular dista de ser ampliamente entendido por las empresas. El principal desafío para llegar a aprovechar la oportunidad que ésta nos ofrece depende en gran medida de la capacidad de nuestros líderes empresariales de adoptar una “mentalidad circular”. Estamos ante la mayor oportunidad de transformar el modelo de producción y consumo desde la Primera Revolución Industrial, hace 250 años. Al desatar la innovación circular, podemos levantar la resiliencia económica global y apoyar el desarrollo de personas y comunidades en el mundo, ayudando a cumplir el Acuerdo de Paris y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

La economía circular se aleja del modelo económico tradicional “tomar-hacer-desechar” a uno que es regenerativo a través del diseño. La meta es retener el mayor valor posible de los recursos, productos, partes y materiales para crear un sistema que permita una larga duración, reutilización optima, acondicionamiento, refabricación y reciclaje.

La transición a la economía circular catalizará los cambios económicos, sociales y ambientales más transformadores desde la Primera Revolución Industrial. Estamos en un momento clave para poder trasformar el futuro de nuestra sociedad y del Planeta. Es un compromiso de todos, no exclusivo de los gobiernos y grandes empresas. La aplicación de medidas de economía circular en diversas áreas económicas y sociales ayudará a superar los desafíos del cambio climático, la escasez de agua y materias primas y del uso de la tierra.

 

 

“Necesitamos cuidar nuestro planeta y el futuro necesita de la economía circular. El reciclaje es muy  importante, pero no lo es todo. En la UE lo sabemos y trabajamos en iniciativas que van más allá y luchan por conseguir una economía circular y sostenible.”

Comisión Europea. 2019.

 

 

Según la Fundación Ellen MacArthur, “la economía circular es reparadora y regenerativa, y pretende conseguir que los productos, componentes y recursos en general mantengan su utilidad y valor en todo momento. Este concepto distingue entre ciclos técnicos y biológicos”. La economía circular, consiste en un ciclo continuo de desarrollo positivo que conserva y mejora el capital natural, optimiza el uso de los recursos y minimiza los riesgos del sistema al gestionar una cantidad finita de existencias y unos flujos renovables. Además, funciona de forma eficaz en todo tipo de escala. La Fundación Ellen MacArthur fue creada en 2010 con el objetivo de acelerar la transición a la economía circular. Desde su creación, la Fundación se ha convertido en un promotor del pensamiento global, al posicionar la economía circular en las agendas de los responsables de empresas, gobiernos y universitarios.

En el informe de la Fundación para la Economía Circular en marzo de 2017, Por qué y cómo desarrollar estrategias de economía circular en el ámbito regional, se define la economía circular una de las vías más importantes para la salida de la crisis medioambiental y socioeconómica que conocemos: supone el dejar atrás el modelo de economía lineal y sustituirlo por un nuevo modelo de sociedad implicada en utilizar y optimizar los stocks y los flujos de materiales (incluido el agua, residuos y energía)

 

 

 

 

 

La economía circular es un concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía,…) se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos. Se trata de implementar una nueva economía, circular -no lineal-, basada en el principio de «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.

 

Fundación para la Economía Circular

 

 

 

 

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